domingo, 26 de octubre de 2008

Julio Regalado

Perdió La Trevi en una competencia de ultra güeva en Televisa, no obstante mandé tres mensajes desde mi celular esperando hacer la diferencia. Ahora tengo que buscarme acompañante para el concierto que dará en noviembre y seguro que topo más de una o uno que sientan guilty pleasure por ir a verla. Me gustaría conocerla, a ella y a Ana Gabriela Guevara.
Pude ver el programa porque tengo acceso a la televisión debido a que llevo una semana durmiendo en casa de mi santa madre. Se fue de vacación a visitar a mis hermanas y me ha tocado quedarme para sacar a los perros, dar de desayunar a los gatos, volver para dar de comer a perros y gatos, sacar a los perros, volver para dar de cenar a los perros, sacarlos a la calle, ponerles el suéter, limpiar la arena de los gatos, dormir debajo de todos ellos. Cuando mi madre me decía algunas noches por teléfono que está muy cansada o que no ha terminado sus deberes o que ha dejado algunos compromisos inconclusos, me parecía francamente una exageración. Pero la verdad es que es realmente una joda, porque estos muchachos son exigentes en todo y además son unos mimadales.
Para pasar los pocos momentos de ocio, me alegro por haber conseguido finalmente el libro "Extrañando a Kissinger" que ha sido un regocijo sorprendente. Es tan pequeño y fluido que pude haberlo terminado de leer hace un ratote pero me da culpa echármelo de un sólo jalón. Así que me lo estoy llevando pian pianito para que dure un poquito más. Justo ahora me vino a la mente esa señora que vendía rebanadas de pizza y cuando le preguntamos si podía vendernos la pizza entera, es decir todos los pedazos ya cortados de la pizza, nos contestó: "No puedo porque luego qué vendo...". Bueno pues un poco así pero por razones inteligentes.
Hablando de extrañar, ya extraño mi cama, mi casa, mi café, mi shampoo, mis tazas, mis plantas, mi música, mi baño. Estar aquí ha sido también un trabajo de autocontrol. Sobre todo cuando merodea mi hermano estos rumbos.
Esta mañana se apareció en la habitación y me dijo: "Creo que mi mujer está robando cosas", yo lo miré de reojo esperando más información, "es que no tiene llenadera y todos los días me dijo que fue a perisur, liverpool... hay cientos de precios en la basura y ha llegado con muchísimas cosas..." Y por qué haría una cosa así si tiene dinero, le pregunté aunque en realidad estaba haciendo una afirmación que bien podría haber terminado con un "no me vengas con mamarrachadas". "Pues no sé", me contestó y se marchó. Luego me dio un poquito de culpa porque supuse que quería iniciar una conversación amable y yo en lugar de eso no quité la vista del libro. Además me irrita que crea que voy a fomentar su misoginia hablando mal de su mujer. Mucho menos de alguien que tiene dos maestrías y que según sé es exitosa económicamente hablando.
En algo estaba yo cuando vino mi hermano con las tres perras que tiene en su casa para dejarlas a mi encargo. Como si no me bastaran los 2 perros y 4 gatos de mi madre. Y es que, me explicó, su mujer está detenida en la delegación por... chan chan chan chan... nada más y nada menos que robo. Es la primera vez en mi vida que tengo que aceptar que lo que salió de boca de mi hermano era verdad. La cosa es que por lo que entiendo ha robado una cantidad de cosas de plástico y madera fabricadas en la India que vende -hazme el rechingado favor- la Comercial Mexicana. Diosanto. Hasta para robar hace falta tener buen gusto o sentido común para saber qué cosas valen la pena y qué no. Por lo pronto esta noche la va a pasar rodeada de unos delicuentazos que son los judiciales... Pero en el fondo de mi corazón, tengo la esperanza de que mañana cuando salga de allí, venga a explicar que no se trata de cleptomanía sino de una venganza hormiga -algo así como "El poder de Uno"- contra la Comercial Mexicana por haber especulado en la bolsa sin dar aviso a sus accionistas en medio del terror por la crisis mundial. Si ella viene y me dice que lo hizo por un asunto ideológico, por un asunto incluso patriotero y mitotero entonces podrá entrar en mi lista de Warriors junto a Gloria y Guevara. Pero si no es así, voy a preguntarle: "Oye y tú, vas al super o a la comer?" Bendita mercadotecnia...