domingo, 17 de mayo de 2009

Hagamos un trato


¿Cómo estás? -si alguien preguntaba,
yo respondía
"Estoy jodida, radiante... y viceversa"

Mario Benedetti ha sido para mi, poesía, filosofía, psiquiatría, psicología. Benedetti en lugar de Prozac, sustituto de whiski, la alternativa del insomnio. Todas sus letras son mías y en mi corazón son como agua oxigenada que ayuda a reparar las heridas. Su emoción es mía y con el alma hinchada de tristeza te dedico este poema, para honrarlo a él.

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.




Benedetti es mucho más que dos. Para siempre Mario.

viernes, 8 de mayo de 2009

Inolvidables

Célebres conversaciones

Una pareja a punto de romper

A.- ¿Sabes por qué los pueblos se rebelan? ¿Sabes?
B.- ¿Por qué?
A.- ¡Por opresores como tú!


Una ex pareja al teléfono

A.- Entonces, ¿vas a dejar a tu nueva novia para volver conmigo?
B.- Pues no lo tenía contemplado...
A.- ¿Eso es un si o un no?
B.- Eso es que... bueno... ¡me conozco!

miércoles, 6 de mayo de 2009

Monalisa

Como dice la canción de Shakira: sin sonrisa, como la Monalisa. Ni muy muy ni tan tan. No es lo mismo estar triste y berrear a solas, mojar la almohada y atragantarse con el llanto que reír a carcajada suelta y revolcarse con dolor de barriga por no parar. No es lo mismo estar que estando aquí no estoy. Así me he sentido en las últimas semanas. Ni triste, ni felíz. Algo más peligroso que eso es estar durante días sin haberme reído. Realmente me siento conmovida porque nada me ha sacado un sentimiento que provoque preocupación. Y eso es todavía más preocupante. Flat, lisa, seca, pausada, así me encuentro. Sólo en sueños te encuentro y allí la vida es un hechizo más dulce que un mango y más colorida que un girasol. Tengo suerte de soñarte todas las noches, sin excepción, tengo suerte de tener sueño y de ir a dormir para hallarte.

En la tarea por recuperar la sabrosura del dolor, del enganche, de la cosquilla es la novela de Dave Eggers "What is the What" que narra la vida de Valentino Achak Deng, uno de los niños de Sudán que se vio obligado a correr, esconderse, correr y escapar de militares, milicias, leones y hienas para salvarse. Me recuerda mucho a la película de "Voces Inocentes" pero multiplicado por más.
Cuando tengo unos minutos, avanzo unas líneas y me doy cuenta que no sólo no sé nada de África sino que no sé nada de la opresión, del hambre, de la oscuridad ni de las minorías. Me declaro una outsider del infierno. Por eso, comparto aquí lo que Sir Arthur me regaló recientemente...

Once heard a story that nicely illustrates our attraction to uncertainty and effort. A bank robber is shot to death. When he wakes up he finds himself in a place where he can have everything he wants — beautiful women, fast cars, mansions with huge swimming pools, everything he could possibly desire. After a few days, boredom sets in.
He says to the manager of the place, "I need to do something exciting." The manager says, "O.K. What would you like to do?" "I'd like to rob a bank." "OK, I'll arrange it; all you need to do is tell me when and where." The man says, "No, no, no, you don't understand. I don't want your help. I want action. I want risk."
The manager says to him, "Things don't work that way in this place. Here you can rob a bank and the tellers will just give you the money. They won't call the police. There's no anxiety or worry." The man starts complaining. "I don't want to stay in heaven," he says. "I want to go to hell." And the manager replies, "Where do you think you are?"
The point is — you may complain about your struggle, but when you truly understand the process you are in, you will realize that everything is the way it needs to be so that you can earn what is coming to you. Gone will be the doubts, replaced with newfound purpose and vitality.

Amén.

lunes, 4 de mayo de 2009

Cochinos

Tan bonitos que son los cochinos de chiquitos. Los cochinos son llamados de distinta manera dependiendo su tamaño y peso. Así pueden ser cerdos, puercos o marranos. Los cochinos son animales tan inteligentes como los perros. Tal como se muestra en el Puerquito Valiente.

Yo he visto con tristeza camiones repletos de ellos en carreteras hacia su destino fatal. No es por asco que no como puerco porque los puercos no son sucios, necesitan el lodo para la temperatura de su cuerpo y por la forma en que los crían viven en situaciones de pre inmundicia, pero no son sucios si pudieran elegir. Tampoco como puerco por un asunto religioso. No como puerco porque tampoco me comería un perro.

Pero quienes comen puerco, perro y hasta gato son los chinos. Se comerían un pedazo de concreto si tuviera vida, estoy segura. Se comerían sus heces si chillaran, se comerían sus mocos si se movieran. Se comerían lo que fuera con tal de darle muerte. Estoy segura.

Y mientras pienso en por qué decimos Chino Cochino además de que rima, debe ser porque todo lo que está cerca de los barrios chinos está infestado de cucarachas y de olores grasosos. Ellos mismos son grasientos y malolientes.

Son los culpables de que se asocie lo barato con lo sucio. Pero lo barato no tiene por qué ser sucio. En cambio, lo chino está asociado a lo chafa, a lo pinche, a lo corriente, a las imitaciones de plastico que se rompen, a los aparatos que compras y se joden, a lo que tendrá poca vida y ninguna calidad. Hasta sus celebraciones de año nuevo chino son cutre.

Quienes han viajado a China vuelven contando maravillas. Nada que ver con lo que aquí decimos, excepto, claro, por la forma tan dolorosa en que viven los obreros día a día, los lugares hacinados en donde tienen que dormir, el dinero que apenas les alcanza para pagar unos kilos de arroz. Excepto porque la palabra democracia está clausurada de intertet. Excepto porque siguen escupiendo en las calles.

Esa China de la que hablan algunos es la que vimos en los juegos de Beijing con sus impresionantes espectáculos. Es la misma China que nos deja boquiabiertos con sus fuentes y luces. Pero esa China, tristemente, es la China que no puede respetar ninguna forma de vida, mucho menos la humana, mucho menos la ajena.

Qué se puede esperar de los chinos cochinos que no hayamos visto ya. Por mi, que se queden con su cheque de 50 mil dólares para la Cruz Roja. Ájá, 50 mil dólares!!! 500 mil pesos!!! esa es la cantidad que un gobierno tiene para donar a otro? Qué risa, qué mal chiste. Tan malo como todo lo de estos chinos, que por la dignidad de los cochinos, deberían sólo ser
Pinches Chinos Apestosos.

sábado, 2 de mayo de 2009

Mis princesas


Cuando tenga hijas se van a llamar Mononoke, Chihiro y Nausicaa. Cuando sea grande quiero ser una caricatura de Hayao Miyazaki y vivir en el Castillo Howl junto a mi gato Jiji.
Cuando dejo de ser Yoshimi luchando por la ciudad contra los virus que nos quieren matar, me gusta entrar en el mundo de las guerreras princesas que cambian destinos, mueven mundos y libran batallas internas.
Cuando me siento cansada y saturada, los colores y seres extraordinarios que brincan por la pantalla, me hacen llorar y reír mientras vuelo en mi propia fantasía.

Necesito ser un anime japonés y necesito la fuerza de todas mis princesas. Ya con eso.