jueves, 21 de agosto de 2008

Relatos de media noche

B,
Mirá, te cuento la historia de una mujer actriz que anduvo con Paul Auster. Ella le dijo que él escribiría el guión de una película para que tuviera el papel principal. El twist es que ella le diría qué escribir mientras viviera en carne propia la historia.

Con que quieres que escriba una historia para que la actúes? Ojo, ella le pagaba a Paul.
Es interesante, pero mejor ven a mi casa, luego a mi cama aunque sean las 2 de la mañana para que te siga contando de qué va.
Seguiré insistiendo y no voy a seducirte con halagos a tu inteligencia. Crecí entre gente muy inteligente, entiéndelo. Eso ya no es sexy para mi. Lo que me mueve contigo es que no ha habido ninguna, ni antes, ni después de ti, que haga eso como lo hacés vos.
Además, lo que más me agrada de llamarte a estas horas, es la inspiración de nuestras conversaciones. O me vas a decir que tienes estos diálogos tan divertidos con alguien más.
Estoy borracho otra vez, igual que ayer. Anda, ven.
Eres una necia. Entonces, bueno, qué tal estuvo tu día?
Estoy pensando en la entrada de la novela que voy a escribir. No, no va a ser un corto, va a ser un largo. Voy a iniciarla algo como,

"Ella estaba del otro lado del teléfono. Se ponía rejega ante mis peticiones sexuales..."


Mañana te llamo, me voy a dormir.

A.P.

Aclaración para el lector. Las iniciales de este relato sí corresponden a la realidad. Por favor no se confunda, éste A.P. sí es escritor y sí es cineasta.