miércoles, 6 de mayo de 2009

Monalisa

Como dice la canción de Shakira: sin sonrisa, como la Monalisa. Ni muy muy ni tan tan. No es lo mismo estar triste y berrear a solas, mojar la almohada y atragantarse con el llanto que reír a carcajada suelta y revolcarse con dolor de barriga por no parar. No es lo mismo estar que estando aquí no estoy. Así me he sentido en las últimas semanas. Ni triste, ni felíz. Algo más peligroso que eso es estar durante días sin haberme reído. Realmente me siento conmovida porque nada me ha sacado un sentimiento que provoque preocupación. Y eso es todavía más preocupante. Flat, lisa, seca, pausada, así me encuentro. Sólo en sueños te encuentro y allí la vida es un hechizo más dulce que un mango y más colorida que un girasol. Tengo suerte de soñarte todas las noches, sin excepción, tengo suerte de tener sueño y de ir a dormir para hallarte.

En la tarea por recuperar la sabrosura del dolor, del enganche, de la cosquilla es la novela de Dave Eggers "What is the What" que narra la vida de Valentino Achak Deng, uno de los niños de Sudán que se vio obligado a correr, esconderse, correr y escapar de militares, milicias, leones y hienas para salvarse. Me recuerda mucho a la película de "Voces Inocentes" pero multiplicado por más.
Cuando tengo unos minutos, avanzo unas líneas y me doy cuenta que no sólo no sé nada de África sino que no sé nada de la opresión, del hambre, de la oscuridad ni de las minorías. Me declaro una outsider del infierno. Por eso, comparto aquí lo que Sir Arthur me regaló recientemente...

Once heard a story that nicely illustrates our attraction to uncertainty and effort. A bank robber is shot to death. When he wakes up he finds himself in a place where he can have everything he wants — beautiful women, fast cars, mansions with huge swimming pools, everything he could possibly desire. After a few days, boredom sets in.
He says to the manager of the place, "I need to do something exciting." The manager says, "O.K. What would you like to do?" "I'd like to rob a bank." "OK, I'll arrange it; all you need to do is tell me when and where." The man says, "No, no, no, you don't understand. I don't want your help. I want action. I want risk."
The manager says to him, "Things don't work that way in this place. Here you can rob a bank and the tellers will just give you the money. They won't call the police. There's no anxiety or worry." The man starts complaining. "I don't want to stay in heaven," he says. "I want to go to hell." And the manager replies, "Where do you think you are?"
The point is — you may complain about your struggle, but when you truly understand the process you are in, you will realize that everything is the way it needs to be so that you can earn what is coming to you. Gone will be the doubts, replaced with newfound purpose and vitality.

Amén.

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