sábado, 30 de enero de 2010

Llama pronto por favor, uo oo

O sea, ¿cómo está esa onda de que con todas menos conmigo? Aquí me tienes de tu tonta, esperando que contestes, que te manifiestes, que des alguna señal de querer volver estar conmigo. No digo que siempre. No digo eso porque yo misma me fastidio cuando intentan intensearme. ¡Qué va! a mi me intenseas un poquito de más y entonces vale madre, quizá no me queden ganas de volverte a ver en mucho tiempo. No me gusta que me llamen y me llamen y me llamen. Me caga. No me gusta que dispongan de mi tiempo. Me caga también. No me gusta que se sientan con derechos a la primera de cambios. Algunos se hacen unas chaquetas mentales y piden razón de tu ubicación, tus deberes y quehaceres, tus planes, tus entrevistas y tu agenda. Algunos se dan el lujo de reclamar la falta de reportes o la falta de premura en tu comunicación. Y muchos de ellos sin haber mediado un beso siquiera, así que de coger ni hablamos. Se ponen así, flamencos. Estoy de acuerdo que algunas veces soy responsable. Siempre he sido una provocadora. I´m a teaser. Pero los otros son personas ávidas de cariño, porque apenas te portas amable y risueña, juran que estás ligando, es más, ahí te va el discurso de los hijos y nuestras mecedoras para cuando nos hagamos viejitos. Utss, allí es cuando pienso que ya mamó. Mamó la amistad para siempre. Porque a mi esas ondas en lugar de volverme sensible, me vuelven hiriente, ojete. Me dan ganas de maltratarlos por débiles emocionales, por presumidos, por pretenciosos. Me dan ganas de darles un espejo y pedirles que me digan si efectivamente se creyeron el cuento de que ¡YO!, Yo me atrevería a imaginarme tener algo que ver con ellos. Me dan ganas de hacerlos sufrir deveras. Preferible estar sola que acompañada de alguno de esos. Preferible quedarme sentada, esperando que timbre el teléfono, hasta que tu, te dignes siquiera a pensarme. Hasta que abras el cajón de tu clóset y te preguntes por esa pijama, hasta que mires que en el vaso del baño hay un cepillo de dientes junto al tuyo y entonces quizá, atines que es mío y de nadie más.

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