viernes, 12 de marzo de 2010

Egotrip. Algo de alguien para mi.

Poco o ningún maquillaje. Paso apresurado: a las 12:00 hay una boda de las mas relevantes del año, de la década o del siglo y todavía hay cosas importantes que hacer.

Intensa. Comprometida con sus ideales. Controvertida. Con una extraña capacidad de provocar los más dispares comentarios con sus posts. Algunos de los que comentan, muy manchados. No hay tos, aguanta vara.

Mientras a los demás se nos va la vida en hacer para tener, ella, aunque no coincidamos en varios aspectos, se dedica en cuerpo y alma a lo que los cobardes de la existencia evitamos como a la influenza (ya estamos en el siglo XXI, la roña is so last century): Vivir para defender lo que creemos.

***

En mi mente (privada de sueño) hay un sólo pensamiento: café. A medio camino sobre el puente que cruza Tlalpan, la veo venir. Yo la ubico perfecto, interrumpo lo que seguramente son grandes ideas, con el sonido favorito de cada quien, su nombre. Mientras voltea, ya estoy pensando en qué decirle para que me recuerde.

Me devuelve la cortesía: -¿Carlos?

A veces, vale la pena dejar que la vida tome las riendas.

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