martes, 23 de febrero de 2010

De mi cielo. 2


Un hombre a la orilla de la carretera llamó nuestra atención. Paramos el auto. Tiene un águila amarrada de una pata. Pagamos por ella. Lastimada como está, sería un error soltarla allí. El hombre la volvería a agarrar o a matar ésta vez. Curar al animal en la ciudad. Tengo un águila. Vive en mi cuarto. El perro tiene prohibido entrar. La alimento con carne molida. Le curamos las heridas. Cada día abre más las alas y mira a través de la ventana. Dormimos juntas. Salimos a la azotea para ejercitar. La acaricio aún sin mirarla. Semanas. A la orilla de la carretera, paramos el auto. Voló.

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