Abrir los ojos, sonrisa estampada en la carota, mariposeo estomacal. Ey, fue un sueño nada más. Despierto. Nooooooooooooo. Tristeza y resignación. Sonrisa igual.
Anoche soñé con Obama. Me tocaba la primera fila en un auditorio donde daba un discurso. A mi lado Carlos Martínez y más gente. Por fin en México con un discurso conmovedor. Recuerdo que pensaba en lo vergonzoso que era el hecho de que me escurrieran lágrimas de la emoción. Luego, al finalizar, una amiga me pedía que le tomara fotos con él. Todas me salían borrosas, una tras otra, era frustrante. Pero ahí me ví, seducida y empoderada. Contentota pues. Realmente me urge que sea martes.
Doce años
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Pasaron 12 años desde la última entrada a este blog. El mundo cambió. Mi
vida cambió.
Curiosamente, aquellos primeros protagonistas de el muy añejo Sin...
Hace 6 meses
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